Antes de ir ya lo tenía todo ganado y no solo las carreras, de las que es clásico vencedor, sino la solidaridad del pueblo de Hoyo de Manzanares que le ha apoyado junto a su familia y sus amigos en esta aventura deportiva y solidaria. Esta mañana también cruzaba la meta del Sahara Marathon en solitario, siendo el primero frente a los grandes favoritos. Han sido 42 kilómetros de sol agobiante, pero Vicente ha redoblado su esfuerzo para lograr su propósito: ganar. Ya había ganado con ayudar a los más necesitados con dinero, material escolar y medicinas. Y ahora lo ha hecho, haciendo lo que más sabe, correr.
A las seis de la mañana ya estaban preparados, después de una noche de insomnio y nervios, y a las 9,30, después su traslado en "autobús", partía la carrera desde El Aiun. De 15 grados se han ido pasando hasta los 25, a medida que se corrían los kilómetros (campamentos de Auserd y Smara). Vicente confiesa que "el ambiente de carrera es espectacular y en el inicio te quedas pasmado cuando te encuentras metido en un pasillo de personas gritando y realizando con sus labios un sonido que estremece a cualquiera. Según vas pasando por los campamentos o por zonas habitadas y hasta llegar a Smara la gente sigue animando, incluso algunos se aventuran a acompañarte y realizar contigo algunos metros".
En cabeza se situaron los argelinos, el claro favorito Jon Salvador y Vicente, pero Jon y Vicente han dominado hasta que el gemelo del ganador de otros años ha empezado a dar guerra y se ha tenido que descolgar de la carrera.
"Estos últimos km son los peores, mucha piedra suelta, con balsas de arena que te hunden y alguna duna que otra, jajaja, pero aquí es donde realmente empieza la carrera y hay que ordenar ideas y ser frío, jajaja en el desierto frío por la mañana. Los últimos 3 kms han sido terribles con calambres en los isquios, pero había metido mucho tiempo al segundo", asegura Grande Duque, quien añade que "los últimos metros antes de llegar al final de al carrera son espectaculares con un ambiente que no había vivido antes en ninguna carrera, gente gritando, silbando, palmas…. Los sentimientos y recuerdos empiezas a hacer presencia y me acuerdo de mi madre, fallecida hace dos meses, de mi mujer, mis hijos y de todos aquellos que han puesto su granito para que yo esté disfrutando de este momento".
Al cruzar la meta recibía una medalla de cerámica hecha en lo talleres educacionales del Sahara "y otro premio que no viene en forma de trofeo, en una zona donde no hay ni electricidad ni agua corriente: la primera y única ducha durante todo la estancia".
Desde Hoyo, muchas gracias Vicente. ¡¡Muchas felicidades!! El sábado te veremos en Hoyo.
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