En mi anterior artículo planteé a nuestros políticos la necesidad de un momento de reflexión ante la cada vez más caótica y crispada situación que vive el ayuntamiento de Hoyo de Manzanares. Acababa de terminar la frustrada votación de la moción de censura, presentada a mi juicio de forma precipitada, y creí oportuno recomendarles un poquito de serenidad y sentido común. Bueno, pues ni caso. Ellos erre que erre. El PP en sus trazas de aguantar el chaparrón, aún en tiempos de sequía. Mientras el tripartito de la oposición sigue siempre con demasiadas prisas, empezando por su pacto contranatura ( hoy en día las bases de sus partidos siguen renegando de él) y terminando por cometer errores de parvulario. El PipHoyo erró (pasa hasta en el Parlamento, para consuelo si hace falta) pero no ha sabido asimilar su error. Por contra, ha echado más leña al fuego y en un pleno, -para unos-, reunión, -para otros-, ha hecho de Juan Palomo y, con el apoyo del PSOE y de IU, se ha guisado y comido la alcaldía. AI, por su parte, fue invitada a la mesa, pero no ha elegido ningún plato.
Conclusión: dos alcaldes en Hoyo, y lo dice El País, El Mundo, ABC y La Razón, además de la radio y la televisión, dando una imagen pésima sobre nuestros políticos y sobre nuestro pueblo. Razón no sé quien la tiene, pero si estoy seguro que las cosas no se ha hecho bien, ni con cabeza ni corazón. O dicho de otro modo, si una carrera entre competidores tiene anomalías en su funcionamiento, no serán los corredores los que la juzguen, sino los jueces de forma imparcial y legal, que para eso están. Por tanto, para resolver el desaguisado hay dos soluciones: o que dimitan todos los concejales del PipHoyo, Psoe e IU y que los siguientes en las listas presenten una nueva moción de censura, que sería la vía más rápida, o que se pase a la vía administrativa y/o judicial, mucho más lenta, que es la que se ha tratado de evitar hasta ahora. Pero aunque no quieran, camino de ella van, pues entre idas y venidas, dimes y diretes, recursos y decretazos, políticos y abogados, pululan cuestiones de usurpación de cargo, prevaricación y coacción, que pueden dar al traste con alguna carrera política, inhabilitación de puesto de trabajo público o simplemente provocar una desagradable situación personal, familiar o profesional por mucho tiempo.
Por tanto, antes de llegar a tales extremos, de seguir siendo ejemplo de desagravios, de ser cuna de comentarios, de ser el pueblo de los dos alcaldes,… es tiempo de soluciones. La situación es insostenible, se mire por donde se mire, ni se puede gobernar con cuatro concejales ni desde la oposición con nueve. El ayuntamiento retrasa pagos y los funcionarios están a punto de congelar sus nóminas, aunque esto ya ha pasado otras veces. Lo peor es que se ha entrado en una dinámica de juego legislativo fruto de la demasiada implicación de abogados metidos a políticos que paraliza cualquier actividad. Todo a vista de interpretaciones, cuando para eso están sólo los jueces.
Así pues a las soluciones ya descritas, pueden sumarse las siguientes propuestas:
-Elegir un equipo de gobierno formado por todos los concejales, designando los cargos o concejalías en función de los votos obtenidos. Por ejemplo, alcalde (PP), primer teniente (Piphoyo), segundo teniente (AI), tercero (PSOE), cuarto (IU), …
-Que todos los partidos hagan un pacto para sacar adelante los proyectos más importantes.
-Reparto de la alcaldía entre todos los grupos por tiempos de mandato.
-Que el PP tome cartas en el asunto, nombre una comisión gestora para poner paz y elija un nuevo alcalde de consenso entre la lista de sus concejales, como ya ha hecho en otros municipios. O/Y que, en un alarde de ayuda institucional, la Comunidad de Madrid que preside Esperanza Aguirre sea generosa con Hoyo y sacie las precarias arcas municipales, devuelva la alegría a los hoyenses y calme a la oposición.
La culpa es del PP
No me cabe duda de que gran parte de lo que ocurre en Hoyo es culpa del PP. Las urnas prueban cada cuatro años que el PP es el partido más votado, pero casi siempre o no hace las cosas bien o está entredicho. El año pasado recuperó la alcaldía, después de ochos años en la oposición, pero no puede gobernar en condiciones porque sus ex socios no quieren.
No hay que olvidar que PP y PipHoyo forman parte de la misma esencia. Prácticamente el 100% de los votantes del PipHoyo lo han tenido claro en estas últimas elecciones y han votado al PP, cuando podían haber empleado el voto de castigo a la Génova que dicen no haberles hecho caso.
El resultado de las últimas elecciones generales en Hoyo es muy elocuente. El PP, con 2.352 votos, ha crecido 175, frente a los 28 del PSOE (ahora con 1.273), y los -12 de IU (ahora con 170), mientras el nuevo partido ha cosechado 221 votos.
Esto prueba que una vez más el PP puede hacer (en teoría) lo que quiera en Hoyo de Manzanares, pero la realidad hace que por prepotencia, por desunión, por demasiados intereses, o por falta de miras, el PP no levante cabeza y los demás partidos vayan ganando más cuerpo.
La desunión de la derecha ha provocado que Hoyo sea único en tener dos alcaldes. (Siempre salimos en los papeles por algo fuera de lo normal). Fruto de la guerra entre josés y ppés, tenemos a José Antonio Antolinez como alcalde real, con el bastón de mando, y a José Ramón Regueiras como el alcalde virtual, a la espera de coger el testigo. Y detrás sus respectivos. Y entre todos tienen a la policía, los funcionarios públicos y a parte del pueblo sin saber a que atenerse. No es broma que el primer día había apuestas para ver quién cogía la silla del primer edil, ni que ahora se hayan cambiado cerraduras y se custodie la puerta para evitar perder poderes. Claro, el que se fue a Sevilla… Tampoco es broma que se piense en otro/a alcalde/sa de más consenso entre todos los partidos, al margen de los dos disputados. No hay que perder la calma, solo hablar de ello.
A todos nos importa en este momento la precaria situación que vive nuestro pueblo, que va camino de estar otros cuatro años en blanco. Por eso es de buen recibo que algunos vecinos empiecen a dar un toque de atención al consistorio. La denominada Plataforma Vecinal, compuesta por gente de las más que diversas ideologías, ha planteado una acción de recogida de firmas en la que expone la deprimente situación en la que se encuentra el ayuntamiento y demanda un diálogo y unos acuerdos que posibiliten el desarrollo del pueblo. Yo me sumo y termino con un deseo: hablen señores concejales, que hablando se entiende la gente. Y si hace falta algún moderador, por favor, no busquen a un abogado.
Daniel Campo
Hoyo de Manzanares
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