La XII Tertulia Cervantina, que organiza la Biblioteca de la Obra Social de Caja Madrid en Hoyo, rindió ayer un emotivo homenaje al que fuera uno de sus impulsores, Jesús Brox, fallecido el 4 de noviembre del pasado año. Con una fiel y numerosa asistencia, entre ella su familia, la bibliotecaria Marisa Baelo dio comienzo al acto haciendo un recorrido por las tertulias anteriores, describiendo un esbozo de la trayectoria de Jesús y dando la palabra al alcalde Ramón Reguerias y a los tertulianos habituales: Juan Orduña, su fiel Quijote en las lecturas de la obra de Cervantes, Victorina Fraguas, Antonio Montero, Ana Redondo, Nacho Morando y Fernando Blasco. Todos ellos glosaron la figura de Jesús con adjetivos tan dispares como cercanos: bondadoso, religioso, preocupado por la educación de sus hijas y perteneciente al grupo de ilustres personas que hacen pueblo. Al tiempo recordaron su llegada a Hoyo en calidad de secretario del Ayuntamiento, su afición al Atlético de Madrid, su trabajo en La Caldereta y sobretodo su pasión por el teatro y la cultura en general a lo largo de su vida.
Un video, a ritmo de seguidillas y un bolero, presentó un resumen fotográfico de las doce tertulias y de las lecturas del Quijote por parte de Jesús Brox, su hija Conchita y Juan de Orduña. Marisa agradeció esas participaciones y señaló que esa parte de las tertulias no se volverá a repetir porque la voz de Jesús será irremplazable.
Finalmente, su hija Conchita Brox, también insigne tertuliana, agradeció todas las palabras y los aplausos del público, y con mucho temple, “corrigió” algunas cosas dichas. Por ejemplo; que no era don Jesús, sino simplemente Jesús y que “es”, “porque está aquí con nosotros”.
Concha, su mujer, recibió una figura de El Quijote y un ramo de flores como recuerdo del entrañable acto, que terminó como Jesús hubiera querido, con un vino español y unas pastas.
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