Ha sido pastelero casi toda su vida, pero desde hace unos diez años dedica su tiempo de jubilación, entre otras cosas, a pintar cuadros. A sus 81 años, que no los aparenta, el vecino Julián Piñeiro expone 16 de sus obras en el Café La Higuera. Son óleos que reflejan edificios de Hoyo de Manzanares y paisajes de otros países, todo muy realista, aunque también se atreve con el cubismo.
"Mi profesor Jacinto me dice que yo no pinto, que hago fotografías en mis cuadros", dice Julián, quien busca la perfección fotográfica en sus obras. "Cada vez que veo algo que me gusta lo fotografío y después lo copio en oleo".
Expone hasta el 30 de junio con el ánimo no tanto de vender sino de mostrar su arte que desarrolla en casa y después perfecciona en clase. Pinta todo lo que ve y le gusta. Es posible que pronto le veamos pintar cuadros de pasteles; de momento está preparando un libro de recetas que recopila su actividad durante gran parte de su vida.
Ha sido pastelero casi toda su vida, pero desde hace unos diez años dedica su tiempo de jubilación, entre otras cosas, a pintar cuadros. A sus 81 años, que no los aparenta, el vecino Julián Piñeiro expone 16 de sus obras en el Café La Higuera. Son óleos que reflejan edificios de Hoyo de Manzanares y paisajes de otros países, todo muy realista, aunque también se atreve con el cubismo.
"Mi profesor Jacinto me dice que yo no pinto, que hago fotografías en mis cuadros", dice Julián, quien busca la perfección fotográfica en sus obras. "Cada vez que veo algo que me gusta lo fotografío y después lo copio en oleo".
Expone hasta el 30 de junio con el ánimo no tanto de vender sino de mostrar su arte que desarrolla en casa y después perfecciona en clase. Pinta todo lo que ve y le gusta. Es posible que pronto le veamos pintar cuadros de pasteles; de momento está preparando un libro de recetas que recopila su actividad durante gran parte de su vida.
