Lourdes de Orduña y familia |
Cosas de Hoyo estuvo hablando con ella de sus inicios, de su inspiración y de su forma de trabajar…
¿Cómo te iniciaste en el mundo del sombrero?
Yo trabajaba de figurinista de cine y tenía que hacer muchas cosas, pero el mundo del sombrero me llamaba la atención desde pequeña y tuve la oportunidad de hacer muchos sombreros para las películas. Todo empezó en 1998 con el rodaje de “El Abuelo”, de José Luis Garcí. En ella Cayetana Guillén Cuervo lleva el sombrero blanco, que fue utilizado para el cartel, por una cabezonería mía. Le hice el sombrero pensando que, siendo una señora que había vivido en París, debía llevar un sombrero más adelantado a la época y a los que podían llevar las mujeres españolas. Fue mi primer sombrero de conexión, de sentimiento, porque yo sentí que me divertía muchísimo y me llenaba profesionalmente.
Lourdes con Victoria Barderas, concejala de Cultura, y Ramón Regueiras, alcalde de Hoyo |
No, en general están inspirados en el mundo del sombrero desde todos los tiempos, unos diseños me llevan con la imaginación a los años 20, otros a los 30, a los 80. Me divierte además que la gente no pierda la sensación de que el sombrero es una prenda que complementa siempre en la elegancia de la mujer y le aporta una personalidad. Porque el sombrero es un guiño a la belleza, a la comicidad, a la elegancia, a la excentricidad; saca mucho de la persona que lo lleve y me divierte jugar con eso.
¿Y para los hombres?
No he creado ninguno para hombres. Me gusta observarlos, mirarlos, mi padre llevó sombreros toda la vida, tuvieron su época hasta los años 50 ó 60, ahora han pasado un poco de moda, pero seguramente volverán.
¿Qué supone el sombrero para la mujer?
Ahora he creado una línea, que se llama “Star tocada” y que está compuesta por sombreros a la venta y de encargo. Espero que entre todos, sobre todo sombrereras, que las hay muy buenas en España, y todas las personas interesadas por los sombreros, portadores y profesionales, consigamos que la mujer española vuelva a la tendencia natural de salir de casa con el sombrero puesto, igual que cogemos un paraguas; que entendamos que es un complemento que concluye el vestuario de una mujer, define su elegancia, su personalidad, su timidez, su gusto por el color, muchas cosas, el sombrero dice mucho de las personas. Es como el mundo del abanico, que decían que tenía un lenguaje. El sombrero aporta una manera de distinguirse y conectar con el mundo, con una personalidad y con una manera de entender la vida.
¿En qué te inspiras para crear los sombreros?
Cualquier cosa que está en el mundo, para diseñar un sombrero puede servir por ejemplo una galleta, o una lanza, un árbol o un tejido paja. Y el motivo te puede venir de cualquier parte, por ejemplo del cielo después de una mirada a una nube o del paso de un pájaro, sus alas, la forma de volar. Y para realizarlos utilizo sedas, fieltros, arpilleras, lana, plástico, plumas, tules, distintos materiales en función del diseño.
Lourdes de Orduña y Pedro del Santo |
Si, nunca repito un sombrero, puedo hacer algo parecido, pero no el mismo. Es como cuando pintas cuadros, ninguno es igual que otro.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
En colaboración con el fotógrafo Pedro del Santo tenemos varios proyectos como nuevas exposiciones tanto en España como en Estados Unidos.
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