Pedro, Mª José y su hija van a ampliar la familia y se han trasladado a Etiopia para adoptar a un nuevo miembro. Desde allí nos cuentan los detalles de su viaje y su emocionante experiencia: “Aterrizamos en Addis sobre las seis y media de la mañana, pero tardamos en recoger el visado, sello de pasaporte y recogida de maletas casi dos horas. A los que veníamos de Europa o América nos dejaron pasar; pero todo lo relacionado de África y Oriente se lo sacaban y tiraban todo por el suelo buscando todo aquello que podía ser peligroso incluso para hacer contrabando.
De ahí al hotel y a ver a Habtam. En la casa de acogida donde estaba Habtam es un mundo aparte. Los niños son cariñosos, se cuidan entre ellos y no se pelean , fuera los mayores y en sus habitaciones los pequeños en sus cunas. Conocimos a Habtam después de 4 meses de espera, en principio y como es normal nos tenía miedo, poco a poco nos hicimos con él. Nos atendió el médico para indicarnos que estaba todo correcto y que era un niño sano. Le dejamos en la casita hasta el día siguiente que fuéramos a recogerle después del juicio.
En Addis la vida es diferente, la gente intenta ganarse la vida de cualquier manera, te venden de todo, limpian zapatos en la calle, te llevan y te traen, asi un largo etc. de cosas que hacen aquí para poder sobrevivir.
Sus calles están casi sin asfaltar, las obras de los edificios tienen andamios de madera, mucho polvo y tiendas casi todas hechas de chatarra y retales, pero te ven y siempre hay un saludo y una sonrisa.
Al día siguiente teníamos la ratificación ante el juez, en una sala estábamos todas las familias que veníamos adoptar. Cuando entramos me llamó la atención el juez, un hombre muy joven y serio, miró los pasaportes y en voz baja nos preguntaba, casi ni nuestro delegado en Addis le entendía. Nos preguntó todo lo relacionado con el proyecto y al final preguntó a Alba si sabía desde un principio lo de la adopción y la edad que tenía. Firmó sentencia y nos fuimos, tardamos unos cinco o siete minutos, no más.
De ahí a la casita a por Habtam, al hotel a comer y descansar que falta nos hacía a todos.
Al día siguiente y después de una buena noche de descanso, salimos de excursión al Museo Etíope y al monte Entoto. De camino al monte vimos como la gente trabaja, vende sus productos, se busca la vida y sobre todo envejece de una manera increíble y rápida.
De camino al monte la gente bajaba carga de palos a la espalda para venderlos, los niños iban al colegio andando cuesta arriba ya que el colegio esta casi en la cima del monte, pero con una alegría increíble.
De ahí al Museo Etíope a conocer a Lucy, el primer resto de mujer de la prehistoria, tiene nada más y nada menos que 2.500.000 de años, además de los restos prehistóricos en el museo se ve la historia etíope, sus presidentes, sus tribus, utensilios de caza y agricultura, lo increíble su precio de entrada, 10 birs que al cambio 50 céntimos.
Comimos en un restaurante típico etíope con su Ingera (comida típica etíope) su cerveza local (San George) y un café etíope.
De ahí a descansar día duro para todos, pero un comportamiento perfecto de nuestro nuevo miembro de la familia.
3 comentarios:
Enhorabuena chicos....
Animo y mucha fuerza en esta increible experiencia.
Vero.
¡Por fin ya está con vosotros! Un camino muy largo pero lo habéis conseguido. Un beso enorme para todos. Cova y familia
Enhorabuena, ahora a disfrutar...Edu.
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