El no dar un balón por perdido, el luchar con fuerza en el centro del campo y el proteger la portería de Iván, que estuvo francamente brillante, fueron las claves del triunfo. El gol, que parecía estar reñido o enfadado con los de Hoyo tardó en llegar. Un balón se estrelló en el larguero cuando parecía destinado a entrar en el portal azul y una buena salida del meta de Sanse, en un claro uno contra uno, hacían pensar lo peor.
Pero la constancia, la preparación de las jugadas y un córner bien sacado por Alex Verdú permitió que ese talento que tiene Alvaro en el área pequeña fuera suficiente para empujar el balón al fondo de la red entre un mar de piernas.
Tuvieron que esperar los seguidores de Hoyo hasta el minuto 53 para cantar gol, pero consiguieron cantarlo. Luego apretó mucho Gandario y buscó el empate, pero tres veces Iván y unas cuantas más la defensa, evitaron el empate.
Podían haber salido los verdes al contragolpe por los extremos ante una presión tan intensa los últimos veinte minutos de partido, pero los temores de anteriores partidos, donde todo salía al revés, les llevó a marcar defendiendo los tiempos del partido, sin perder nunca la concentración, incluso en los muchísimos minutos que se prolongó el encuentro.
Estos triunfos son los que suman, aunque como dijo no hace muchos días Simeone, lo que suma en el fútbol de hoy día es jugar como equipo, como bloque, como amigos que se ayudan del primero al último minuto, y eso se dio en Las Eras ante los de Sanse.
Jugaron: Iván, Ahmed, Manu, Nodal, Ignacio Díaz, Manu Carnicero, Diego Vélez, Terrones, Víctor Navarro, Berges y Alvarito. Salieron en el segundo tiempo Alex Verdú, Alvaro Almodóvar, Pata Ontiveros y Nico.
JB
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