En la temporada de 1987/88 el equipo senior de Hoyo de Manzanares jugaba en la categoría segunda de aficionados, grupo 7, junto con equipos como Atlético del Peñón, Caja Madrid, Carranza, Estrella de Mirasierra, Huracán San Miguel, Valdemanco, Tres Cantos o Spartac Manoteras, entre otros, hasta un total de 18. Una temporada en la que se consigue del Ayuntamiento el drenaje de la segunda fase del campo de fútbol, así como la construcción de los fosos para entrenadores y jugadores reservas.
Por aquel entonces el presidente del Club era Juan Regueiras, el entrenador Eugenio Cubas y el delegado Benito Regueiras.
Precisamente en su cuaderno de notas, Benito describe de forma meticulosa cada partido y guarda celosamente copia de las fichas del Comité Nacional de Árbitros de Madrid, donde se recogen los nombres de los clubs, de los jugadores de ambos equipos y las observaciones del partido. Incluso anexos al acta, donde se explican los motivos de las amonestaciones y sanciones, en la mayoría de los casos por insultos o amenazas al árbitro.
Como era un cuaderno interno, se guardan todas las verdades de aquellos tiempos que no se podían hacer públicas. Este documento histórico relata por ejemplo la artimaña de decir que se había averiado el autobús y así se aplazaba el partido por falta de jugadores. O los retrasos en empezar el partido por la impuntualidad de algunos jugadores, o el sempiterno problema de tener un portero, que a veces “había que ir a buscarlo al campamento militar”.
Las crónicas de los partidos, dignas de un periodista deportivo que se precie, era bastante neutrales, sin tapujos para resaltar buenas jugadas o criticar el juego de los nuestros: “Transcurría el minuto 21 del segundo tiempo cuando Carayol empezaba una jornada individual, sorteaba a cuantos contrarios le salían al paso y desde casi la línea de corner daba el llamado pase de la muerte y por allí aparecía Cardenal que soltaba un fuerte chutazo que hacía inútil la estirada del portero contrario”.
O “la tónica general del partido fue una desastrosa actuación del equipo que en ningún momento fue capaz de acoplarse al terreno de juego”. Tampoco el árbitro se libraba de su crónica, bien por los insultos de los jugadores ante su mal arbitraje o por su buena actuación.
Al final de la temporada, el equipo se quedó con 29 puntos, tras ganar 14 partidos, empatar 7 y perder 13. Sin duda, los apuntes de Benito merecen estar en la hemeroteca del Club de Fútbol, para estudiosos del tema o por simple deleite de los aficionados.
1 comentario:
un gran trabajo que merece la pena verlo sera expuesto en la oficina del club de futbol
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