En esta penúltima jornada antes de las fiestas navideñas, tocaba este domingo visitar San Sebastián de los Reyes para enfrentarse al Juventud Sanse, actualmente en descenso. Posición engañosa a juzgar por lo visto sobre el césped, ya que propuso un juego digno de un lugar superior en la tabla.
Con el sol de cara y el viento en contra, los hoyenses se presentaban con firmeza al comienzo del encuentro. Un fino pase de Malave en el 6’, dejó solo a Navarro, que volvió a ser un “killer”, esta vez con la zurda. Hoyo estaba cómodo, circulando el balón gracias a las dimensiones del campo, y conteniendo bien los pases interiores y cambios de orientación que buscaban los azules sin descanso. Hacia el ecuador de la primera parte, el encuentro entró en una fase menos precisa. El joven conjunto sansero subió una marcha y, en una duda en el despeje visitante, Carlos Melgar aprovechó para poner el empate en el marcador. A partir de ahí, Hoyo quiso volver a dominar, volvió a rodar la pelota y a generar juego. Se pudo ir ganando al descanso tras una clara ocasión de Berges, a quien Navarro, esta vez en modo de delantero asistente, dejó solo ante el meta, pero el balón se desvió por muy poco.
La consigna en el descanso era clara. Pepón pedía calma. Los partidos duran 90 minutos y cada uno de ellos es importante. Eso sí, para ganarlos, hay que ser fiel al estilo.
Y los verdes entendieron el mensaje. Aunque no fue una salida en tromba, jugaron con cabeza. Amasaron la pelota y trabajaron juntos, como el equipo compacto que día a día demuestran ser. Los locales seguían a lo suyo, intentando hacer daño por las bandas, donde cuentan con jugadores de calidad. Pudieron dar algún susto, pero otra vez apareció la línea defensiva y un muy laborioso y meritorio guardameta Calvo, que en su segunda titularidad, volvía a resolver con una tranquilidad poco común en un jugador novato en la categoría, todo el trabajo que le propuso el Juventud Sanse. En el último tercio del encuentro, salvo a balón parado, el partido tuvo un solo dueño. Varias claras ocasiones malogradas de Riki y Navarro, hacían aparecer los fantasmas del empate. Pero otra vez apareció Navarro, y sobre todo, otra vez apareció Malave (que se adueñó del movimiento del esférico esta tarde). Cambiaron los roles y tras una peinada, Mala puso el 1-2 a 13 minutos del final. El míster tiró de un recurso que pocos equipos tienen en estas categorías: un buen banquillo. La profundidad de plantilla le permitió, una vez más, que los reservas estuvieran involucrados y ayudaran a afianzar la victoria. Y así, Carlos asistió a Mateo, ambos recién incorporados al choque, para que mandara el partido a dormir con un precioso zurdazo desde fuera del área. Y ahí, se acabó todo.
Con esta, Hoyo de Manzanares suma 31 puntos (19 puntos de 21 posibles fuera de casa), y se convierte en uno de los 2 equipos de los 72 que hay en la 1ª Regional madrileña, que en la jornada 13 aún no conocen la derrota. Sigue el sueño, con el objetivo de llegar a las fiestas en la segunda plaza de la tabla, para lo que habrá que ganar al Aravaca. Un clásico del fútbol madrileño, con muchos “exs” entre las filas de los serranos. Ver clasificación.
Jugaron por Hoyo: Calvo, Orcajo, Raúl, Víctor, Berges, Diego, Vasco, Malave, Riki, Mario y Navarro. Entraron de refresco: Néstor, Carlos Aguirre y Mateo.
Mención especial para Guille, que entró en el 68’ y volvió a los terrenos de juego después de un calvario de lesiones. Jugó como sabe y fue contundente en el centro de la zaga. Todos en Hoyo le echaban de menos y esperan que este sea solo el comienzo de una exitosa temporada con los verdes. Solo con el compromiso que demuestra, lo merece.
Arbitró un encuentro muy noble: José Adrián González, asistido en las bandas por Yassir Nahil e Ivo Biserov.
Texto: Pablo Berges
Fotos: F. Giráldez
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