Un violinista, Rubén Martínez, aparece en escena en una noche de primavera de los años 20 tocando su instrumento. De pronto entran dos personajes que sucumben al sonido del violín y se dejan llevar en un frenesí de movimientos. Entran en contacto y generan, incesantemente, espirales alrededor del músico. Embriagados por el cansancio, no cesan en su espiral, entrelazados sus brazos, sus manos, sus cuerpos y su aliento, como dos pájaros en un cortejo. Cuando los cuerpos no pueden más, las almas continúan.
La obra es una pieza de nueva creación, compuesta para el certamen Alacant a escena 2019. Tanto Carlos Peñalver, como Federica Fasano, trabajan juntos desde hace varios años por la inclusión de la danza en las escuelas y los centros docentes, tratando de llevarla a un público totalmente ajeno al sector escénico.
La finalidad expositiva de esta pieza es tratar de acercar y visibilizar la danza contemporánea, junto con la música en directo, principalmente a los más jóvenes, pero también al público adulto y familiar, proponiendo una danza de calidad, pura y cálida, evocadora de sentimientos y sensaciones que permitan al público entender, disfrutar y apreciar la danza en todos sus estados, desde el gesto más sutil hasta las cargas y acrobacias más enérgicas que se provocan desde el contacto y la inercia.
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