Maruja,
como la conocían en el pueblo, era muy afable, cariñosa, muy abuela de sus
nietos y de los niños en general, dicharachera, amiga de gatos y perros (ay! su
Ino de toda la vida), muy social, defensora de pleitos pobres, contadora de
adivinanzas….una gran mujer. Nos fue dejando poco a poco por el alzhéimer y se ha ido como su marido, con un suspiro fulminante, y con un corazón de 91 años
ya muy agotado.
El cuerpo sin vida de María Lecina permanecerá en el tanatorio hasta el domingo a las 13,30 horas en que tras un responso (al ser domingo no hay misa de difuntos) será enterrada en el cementerio municipal. Siguiendo el protocolo Covid, se permite el velatorio con restricciones de cincuenta personas en espacios al aire libre o de veinticinco personas en espacios cerrados, sean o no convivientes.
Especialmente esta vez, Cosas de Hoyo transmite sus condolencias a esta querida familia. ¡Maruja, siempre te recordaremos!
Maruja celebró sus 80 años con sus hijos y nietos
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