Ubicada a las afueras de este bello pueblo, La Capellanía se instala en ese limbo imaginario que, con el paso del tiempo, quedará en un vago recuerdo, al igual que otras tantas cosas que fueron y ya no serán más.
Panorámica facilitada por MSP |
Como el escenario de cartón piedra erigido para que Clint Eastwood ajusticiara por un puñado de dólares a desalmados pistoleros, La Capellanía podrá morir en el olvido. Pero los toros no. La tauromaquia está muy arraigada en Hoyo por mucho que a algunos les pese. Los vaivenes políticos harán que alcaldes de diferente ideología capeen la opinión pública dosificando festejos, con plazas de quita y pon para intentar satisfacer las exigencias de algunos y no colmar la de ninguno.
Foto facilitada por MSP |
Atrás quedará el tronío de ese humilde coso que daba empaque al pueblo. Por delante, un futuro incierto, en el que habrá plaza mientras haya fiesta y si no, ni rastro de nada. El toro quedará como un sueño de verano, que volverá si así lo decide, a capricho, el consistorio que toque.
4 comentarios:
Bonito artículo . Luchar y poner en valor nuestras tradiciones y cultura .
Mensaje recibido
¿Referente de la Sierra de Madrid? Pero si sólo hay toros una vez al año y no se llena ni a la mitad y la mitad de estos van con invitación. Además estaba que se caía. ¿También se politiza esto? Hombreeee..
¿Acaso ha ido usted a los toros en Hoyo? ¿Cuántas veces? No digo la Sra. Banderas que sí que la he visto alguna vez. La gente no va ni gratis, que algún año lo han sido pero nada, ni con esas.
Perdón, quise poner Barderas.
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